sábado, 13 de marzo de 2010
ULTIMO SUSPIRO
Una pesadilla reveló
una nueva contradicción
la sombra efímera
me retenía,
para no agonizar.
Mi alma envuelta en seda
sentía sufrimiento, zozobra,
prejuicio…
Veía como mis venas
destilaban,
perdían impulso,
y mi piel
cambiaba de tono…
Las heridas yacían recónditas
laceraban mi corazón,
mientras me envolvía
en la penumbra,
esperando reconocer el matiz
de mí sangre
recorriendo mi vientre…
Los acordes del violín
se escuchan en el fondo
tocando una copla lúgubre..
Plegarias o ritos
se concebían en el céfiro…
La luna relucía
mi cuerpo confesando
que era un sueño
y la impresión
de miedo, duda
se hacia cada vez más fuerte,
donde mi silencio
busca los ojos de la verdad…
Mi sombra sostiene
mi vestido blanco
ensangrentado
percibiendo el enigma de la seda,
de la noche
y del cuerpo que se volvió frío,
donde las tinieblas
abrigan mi espíritu.
SOLEDAD MUNIZAGA
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