viernes, 14 de mayo de 2010
¿Quién eres? ¿Quién soy?
Deberíamos hablar
Tal vez creer en ti y tú creer en mí sea una utopía en nuestras vidas, ...
Y ya sin empezar podríamos tener algo en común,
Y tal vez muchas cosas mas…
Como un silencio bañado de incertidumbre
Parecido a la palabra curiosidad,
Y una dis-tan-cia que podemos dejar a la suerte,
A una suerte de puente construido con palabras
Y a la suerte de una dirección de correo
Donde todos podemos caber,
Y donde la piel este a merced de una pantalla…
¿y si no soy lo que crees?
¿y si no eres lo que creo?
Seria algo interesante
Deberíamos hablar entonces, si hablar,
Enlazar nuestras mentes con cadenas de palabras escritas,
O por lo menos intentar hablar, o al menos hacer algo parecido,
Conversar desde cada esquina de cada cual de nuestras vidas,
Desde el corazón y las entrañas,
Desde lo que hicimos o tratamos de hacer,
Y sobre todo desde lo que dejamos de hacer.
¿y si ya no creemos en nada?
¿y si no hemos dejado creer?
Deberíamos hablar
Desde nuestras utopías todavía no realizadas,
Quizás hoy mas vigentes que nunca.
Deberíamos hablar, ¿y por que no?
CONTINUAR las charlas inconclusas,
rescatar los pedazos posibles de nuestras historias tan
personales y colectivas para dibujar una cartografía común,
dibujar un mundo sin pasaportes, sin visas, sin fronteras,
un mundo tan polifacético y contradictorio como la vida misma,
deberíamos hablar,
convocar los relatos de vida, adversidades,
victorias y también las huellas del compromiso de corazones abiertos,
rojos y encendidos, convocar los relatos de lagrimas y alegrías,
de canciones y poesías compartidas.
Evocar poesías inspiradas en el lado oscuro de cada cual
Y escritas con la práctica cotidiana,
En sintonía con la dignidad, con la tristeza y con la sangre de corazones,
Corazones fatigados, corazones buenos o malos que a nadie harían daño,
Escribir poesías con mil retazos de vida
Escritas entre soledades compañeras o almas solidarias.
No hay duda, deberíamos hablar.
¿Quién eres? ¿Quien soy?
Deberíamos conversar
Podríamos llegar a ser cómplices,
Confabular discursos, narraciones y poesía,
Trenzar relaciones, reanudar cuentos, alegorizar situaciones,
Enrolarnos en una rebeldía compartida,
En la certeza de sentir que somos lo que elegimos y no los que nos toco ser,
Bailar la canción que nos gusta escuchar y no la que nos toco.
¿Quién eres? ¿Quien soy?
Deberíamos dialogar
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