lunes, 22 de febrero de 2010

ULTIMO SUSPIRO

Una pesadilla reveló una nueva contradicción la sombra efímera me retenía, para no agonizar. Mi alma envuelta en seda sentía sufrimiento, zozobra, prejuicio… Veía como mis venas destilaban, perdían impulso, y mi piel cambiaba de tono… Las heridas yacían recónditas laceraban mi corazón, mientras me envolvía en la penumbra, esperando reconocer el matiz de mí sangre recorriendo mi vientre… Los acordes del violín se escuchan en el fondo tocando una copla lúgubre.. Plegarias o ritos se concebían en el céfiro… La luna relucía mi cuerpo confesando que era un sueño y la impresión de miedo, duda se hacia cada vez más fuerte, donde mi silencio busca los ojos de la verdad… Mi sombra sostiene mi vestido blanco ensangrentado percibiendo el enigma de la seda, de la noche y del cuerpo que se volvió frío, donde las tinieblas abrigan mi espíritu. SOLEDAD MUNIZAGA

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